martes, 10 de abril de 2007

Charla con el Lic. Juan Porras, Jefe del Departamento de Italiano

El 06 de febrero tuvimos la oportunidad de platicar con el Jefe del Dapartamento de Italiano acerca de la evaluación del aprendizaje en su área. He aquí algunos de los momentos más relevantes de la charla.

> Debo decir que los exámenes y, bueno, pienso inmediatamente en exámenes, son la base fundamental del concepto evaluación en el departamento, es decir, para nosotros son casi sinónimos.

> Al final de cada semestre se aplican pruebas escritas y también una prueba oral y en base a ello se determina el grado de avance de los alumnos. Son exámenes que atienden, sobre todo, a unos objetivos que se realizaron en el departamento hace como 20 años y, en el caso del primer nivel, no se hace la prueba de producción oral por considerar que aún no tienen elementos suficientes para afrontar una tarea de ese tipo. Se hacen exámenes para las demás habilidades. La prueba oral se hace a juicio de cada profesor.

> Los departamentales son pruebas con preguntas abiertas en algunos casos, en otros casos son cloze; no hay casi opción múltiple; la opción múltiple se maneja para la comprensión de lectura. La mayoría de las pruebas son de respuesta abierta, salvo en los casos donde se trate un punto gramatical específico, podría ser cloze, ahí también podría haber opción múltiple, es completamente estructurado.

> Yo considero que en el departamento hay una suerte de estancamiento en el sentido de que los exámenes solamente son actualizados cada semestre y la actualización, en realidad, no es de tipo estructural, se va solamente sobre detalles superficiales; a lo mejor se determina que una frase o palabra no es del todo clara para el alumno, se sustituye por otra o tal verbo no es de uso frecuente, entonces es mejor no incluirlo en la prueba, etc., pero, estructuralmente, el examen se sigue conservando igual. En ese sentido, considero que el departamento de italiano sí necesitaría abordar de una manera más directa el tema de la evaluación; por un lado, porque la evaluación como se da ahora, obedece a objetivos y a materiales que están siendo superados; por otro lado, aún no hemos tenido un instrumento eficaz, pro ejemplo, para determinar, en el caso de un alumno que viene de fuera, en qué nivel tiene que estar; es decir, nuestro examen de colocación, en realidad, es el examen departamental, por lo tanto, se nos escapan ciertos detalles del conocimiento lingüístico del postulante que no hemos sabido discriminar y que sí nos ha redituado en que hemos ubicado alumnos en niveles que no debían estar.

> Tenemos también la cuestión de la certificación, que obedece a un programa de estudios de la Universidad para Extranjeros de Perugia que está concebido para un público internacional, no necesariamente con las características de nuestros alumnos y eso ha implicado que, al momento en que los alumnos presentan dicha prueba, se han encontrado con algunas dificultades, no tanto de conocimiento lingüístico, como del tipo de examen y, claro, también las diferencias culturales que es algo que, para ser sinceros, creo que no está suficientemente bien explicitado en nuestros materiales ni siquiera para el profesor y, por ende, nos encontramos con una deficiencia.

> El banco de exámenes del departamento data, aproximadamente, de hace 20 años, surge con los objetivos. Lo que te puedo decir es que hubo un equipo de personas, que fueron las mismas que participaron en el diseño de materiales, que hicieron las primeras propuestas de examen, que era un examen para cada habilidad por cada nivel; posteriormente, se incorporaron nuevos elementos al departamento de italiano y algunos se hicieron cargo del aspecto de la evaluación, pero la tarea es, básicamente, la actualización, como te decía, en el sentido de que se determina si algunos aspectos gramaticales deben ser cambiados o bien, que a lo mejor hay informaciones que ya no son válidas para este tiempo. Es así como ha venido funcionando.

> Yo, cuando tomé el cargo de Jefe de Italiano, ya había dos personas que se encargaban específicamente de la evaluación y para eso tienen horas de apoyo. ¿Cuál fue el criterio por el cual se les designó? No lo sé. Los dos han tomado cursos de evaluación que ha proporcionado el mismo CELE, pero hasta ahí, no cuentan con una especialización o algo más enfocado a la evaluación.

> Yo creo que, para los objetivos iniciales de enseñanza del italiano que generó el departamento, eran instrumentos adecuados, ¿en qué sentido?, son coherentes con esa primera idea de la enseñanza del italiano, una enseñanza que se pensaba sí comunicativa, en el sentido que se le daba en los años 80, pero también con una fuerte carga estructural, ¿y cuál es la justificación de esto? Bueno, el hecho de que siendo el español y el italiano lenguas afines, era muy fácil incurrir en errores, por tener esa idea preconcebida de que son lenguas casi iguales que se pueden traducir con facilidad; entonces se pensó que era importante crear una conciencia metalingüística en relación a la gramática, para dar cuenta de que las diferencias no son sólo de léxico, sino también de estructura; entonces, de alguna manera, conforme se fue dando el proceso, a pesar de que sí, sobre todo los primeros tres niveles toman en cuenta elementos comunicativos, abordan dominios, se tratan de crear situaciones en las que el alumno tiene que expresar opiniones, ya para los otros tres niveles, la cosa cambió, se hizo algo más ecléctico, algo más, digamos, del feeling del profesor.

> ¿Qué es lo que yo encuentro ahora? Encuentro que, si bien mantienen una coherencia con los programas, si bien pueden ser elementos fidedignos de un cierto avance, las constantes actualizaciones, desde mi punto de vista, los han desvirtuado y creo que muchas veces las actualizaciones no se han dado tanto en función de una evaluación más profunda del aprendizaje, como de otros factores... mucho de feeling, porque de pronto hay profesores que dicen: “Es que yo siento que es demasiado difícil el examen para las nuevas generaciones” Hay que bajarle el nivel, entonces en qué se basan y, de pronto, resulta que se baja el nivel a criterio de algunos profesores y, bueno, resulta que hay grupos muy dispares, donde los resultados son que para ciertos grupos el examen es demasiado fácil, para otros es pasable y para otros es difícil. No existe esta uniformidad.

> Yo creo que no ha habido una reflexión realmente seria, meditada, no se ha dado el tiempo ni el espacio para hacer una reflexión en ese sentido, además de que, lo cierto es que, aunque son instrumentos que en su momento fueron coherentes y ahora pretenden serlo, en el departamento tenemos la necesidad de renovar los materiales y, anterior a ello, nuestro programa.

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